jueves, 20 de mayo de 2010

Las Dificultades Traen El Mejor Fruto


Esto nos lleva a otra verdad acerca del fruto del Espíritu. Crece mejor en el suelo difícil de nuestras vidas diarias.

Nos enfrentamos con muchas cosas cada día que se encuentran opuestas a nuestra vida en Cristo. En lugar de amor, nos encontramos con el odio y la hostilidad. En lugar de gozo, nos encontramos con la tristeza, el pesar y la pena. En lugar de paz, encontramos presión, tensión, discordia y contienda. Estas fuerzas oscuras penetran en la gente, los lugares y eventos de nuestros asuntos terrenales.

A veces desearíamos echar a correr y escapar de todo eso. Usualmente no podemos hacerlo, e incluso si pudiéramos, no nos produciría el alivio que deseamos. Esto resulta muy cierto si parte del problema es resultado de nuestras propias actitudes y acciones.



No obstante, Dios tiene una respuesta. La mayoría de nuestros problemas, internos o externos, son causados por fuerzas que se oponen al fruto del Espíritu. Podemos llamar a estas fuerzas el fruto de la “carne”, nuestra vieja naturaleza pecaminosa.
Jesús siempre produce el fruto de “vida”: el fruto del Espíritu. Satanás siempre produce el fruto de “muerte”: fruto de la carne. Escogemos de qué árbol comeremos.

En tiempos de dificultad, a menudo somos tentados para reaccionar en armonía con nuestra vieja naturaleza pecaminosa. Si lo hacemos, estamos comiendo del árbol equivocado. Sólo traerá una nube de oscuridad y muerte sobre nosotros, y sobre otros. Además, cuanto más comemos, más deseamos y peor nos ponemos.

En ocasiones, estos rasgos mortales se quedan fijados en nuestro carácter. Cuando sucede esto, nos parecemos y actuamos más como el diablo que como el Señor.

El cuadro más triste en el mundo es el de un cristiano derrotado. Tiene la vida de Cristo en su interior, pero el Espíritu de Dios se ve enormemente contristado. Como resultado, la gloria del Señor ya no brilla sobre su rostro, sólo se pueden ver las sombras.

La historia puede ser diferente, muy diferente.

Los tiempos de dificultad, pueden ser también tiempos de gran crecimiento en Cristo. Si miramos a la vida y al poder de Su Espíritu en el interior, podemos llegar a ser fuertes en nuestras áreas de debilidad.

La luz siempre vence a la oscuridad. Lo oscuro no puede apagar la luz. Una vela puede quitar la oscuridad de una habitación entera.

Esto mismo es cierto en el ámbito del Espíritu. La luz del amor de Dios puede expulsar las sombras oscuras del miedo, la cólera y el pesar. De Hecho, el mejor fruto del Espíritu de Dios, puede desarrollarse en los tiempos más difíciles. En el terreno de nuestra debilidad, Él perfecciona su fuerza. Su amor crece mejor cuando estamos en un escenario desagradable. Nuestra reacción natural en tiempos malos es devolver el golpe con ira o miedo. El Espíritu Santo, sin embargo, busca vencer el mal con el bien.

Cuando nos sometemos al Espíritu, el amor de Dios se hace mas fuerte en nuestras vidas. Nos convertimos en mejores cristianos y nos parecemos más a Jesús en nuestro carácter. Su gloria descansa sobre nuestras vidas y nos convertimos en una bendición para Dios, para los otros e incluso para nosotros mismos.

LA LLAVE PARA UNA VIDA FRUCTÍFERA


1. Ser / Sentimientos
Es importante que veamos que el fruto del Espíritu nos dice lo que Cristo “es”. Estas son cualidades de Su “ser”.

Cristo no sólo es amoroso, sino también amor. No sólo es alegre, es gozo. No sólo es pacífico, más también paz. Cuando tenemos a Cristo en nuestro interior, tenemos el amor, el gozo y la paz que es Cristo. Por lo tanto, como resultado de lo que tenemos y de lo que somos en Él, también podemos ser amorosos, alegres y pacíficos.

Tomemos el fruto del gozo como un ejemplo.

Tenemos gozo a pesar de si nos gusta o no, pues tenemos a Cristo en nuestro interior. Él dijo que nunca nos dejaría ni nos abandonaría, tampoco lo hará Su gozo. La sensación o la emoción del gozo sigue a nuestra fe en ese hecho. Es la respuesta emocional a la realidad espiritual. El gozo del Señor es nuestra fortaleza, y procede de Él Mismo.

El fruto del gozo puede ser expresado de maneras diferentes. A veces puede ser muy brillante, alto y vivo. La gente puede cantar, gritar y reír:

“Has vuelto mi lamento en danza. Has cambiado mis ropas de tristeza en las de gozo. Mi corazón cantará a Ti y no quedará en silencio. Oh, Señor, mi Dios, te daré gracias por siempre” (Sal 30:11, 12).

En otras ocasiones la alegría del Señor puede llegar a correr como un río fuerte y tranquilo. Puede incluso llevar al fruto de la paz, al igual que un color en el arco iris se mezcla con el siguiente.

. LA VIDA DE CRISTO: EL FRUTO DEL ESPÍRITU



¿A qué se asemeja en realidad el carácter de Cristo? ¿Cuál es la naturaleza de Su vida?

Se nos dice en 2 Corintios 3:18 que el Espíritu del mismo Señor será la fuente de nuestra nueva vida.

Pablo hace entonces una lista de las cualidades de la vida de Cristo con estas palabras: “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, mansedumbre y control de uno mismo” (Ga 5:22, 23).

El fruto del Espíritu es una hermosa imagen en palabras del carácter de Cristo. Cada fruto es una cualidad específica de Su vida, un aspecto de Su “ser”. Lo mismo se ve en la naturaleza. La luz blanca se descompone en todos los colores del arco iris cuando pasa a través de un prisma de cristal.

El fruto del Espíritu son los colores del arco iris de la vida de Cristo. El fruto del Espíritu habla de los hermosos aspectos de la vida de Cristo. Por lo tanto, podemos bosquejar el fruto del Espíritu como sigue:

1. Bendiciones Internas
a. El Amor: ser amorosos por dentro

b. Gozo: ser alegres por dentro

c. Paz: ser pacíficos por dentro
      
2. Bendiciones externas
a. Paciencia: pacientes con otros

b. Gentileza: gentiles con otros

c. Bondad: buenos con otros

3. Bendiciones Ascendentes
a. Fidelidad: fieles a Dios

b. Mansedumbre: humildes delante de Dios

c. Control de uno mismo: controlados por Dios

Uno ve prontamente que las “bendiciones” señaladas arriba se cruzan entre sí. Si somos amorosos internamente, seremos amorosos para con los demás y para con el Señor también.

No obstante, muestra cómo el fruto del Espíritu se extiende en todas las direcciones para llevar grandes bendiciones.

La lista superior incluye muchos de los rasgos importantes de la vida de Cristo, pero también hay otros. Pablo da estos nueve frutos como ejemplos para que los estudiemos.

El Carácter Del Líder: Fruto Espiritual


¿Cuál es el carácter de Cristo? ¿Cuál es la naturaleza de Su vida? Queremos contestar estas preguntas en este capítulo. La “persona” de Cristo esta ahora a la mano derecha del Padre en el cielo. Pero Su Espíritu, Su “presencia” puede morar en usted y en mi, y en cada creyente a través del mundo.

“Mas vosotros no estáis en la carne [naturaleza de pecado], sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros [vive](Ro 8:9).

Un bebé recibe de sus padres la naturaleza y el carácter de la familia. Esa naturaleza se desarrollará cuando el niño continúe creciendo.

Muchos rasgos físicos aparecen pronto: ojos, piel y el color del pelo. El tamaño de los huesos y la estatura requieren un tiempo más extenso para desarrollarse, pero la “imagen” de la familia se ve fácilmente. A veces decimos: “Ese niño es el mismo retrato de sus padres”.

Lo mismo es cierto en la familia de Dios. Cuando nacemos dentro de Su familia, recibimos la vida de Cristo, y Su naturaleza. Tenemos también que desarrollarnos a Su imagen. La naturaleza y el carácter de Su vida debe crecer en nosotros como nosotros crecemos en Él.

Este es nuestro destino divino, llegar a ser como Jesús. Esta esperanza gloriosa está establecida claramente en las Escrituras:

“Debido a que nuestros rostros no están cubiertos, podemos reflejar – como espejos- la gloria del Señor. Tenemos que ser cambiados a Su imagen [semejanza] – de gloria a más gloria. Este cambio viene por medio del Espíritu del Señor” (2 Co 3:18).

Sí, tenemos que llegar a ser como Jesús en naturaleza, palabra y obra.

jueves, 13 de mayo de 2010

BENDITO JESÚS



JESÚS Mt.1:21
La Vid Jn.15:5
Jesucristo Jn.1:17
Pan de Vida Jn.6:35
Mesías Jn.1:41, Jn.4:25
Rosa de Sarón Cnt.2:1
Salvador Jn.4:42, Luc.2:11
Lirio de los Valles Cnt.2:1
Ungido Luc.2:26
Hijo de Dios Jn.1:34
Luz del Mundo Jn.8:12,1:9
Roca 1Co.10:4
Cristo Mt.16:16
Piedra Viva 1P.2:4
Emanuel Mt.1:23
Dios 1Jn.1:20,1Ti.3:16, Raíz y Linaje de David Ap.22:16,Jn.1:1He.1:8, Mt.1:23,
Cabeza del Angulo 1P.2:7
Verbo Jn.1:1
Regalo de Dios Jn.3:16, Jn4:10
Señor Jn.20:18, Ro.10:9
El Todopoderoso Ap.1:8
Sumo Sacerdote He. 3:1
Mediador 1Ti.2:5
Creador Col.1:16, Jn.1;3
Hijo del Hombre Mr.10:33
Intercesor He.7:25
Abogado 1Jn.2:1
Cordero de Dios Jn.1:29
Pastor de las ovejas He.13:20
Verdad Jn.14:6
Fiador He.7:22
Buen Pastor Jn.10:11
Vida Jn.14:6,11:25
Rabí Jn.1:49
Resurrección Jn.11:25
Puerta Jn.10:7
Nazareno Mt.2:23
Camino Jn.14:6
Señor de Gloria 1Co.2:8
Señor de Paz 2Tes.3:16
Señalado entre 10,000 Cnt.5:10
Maestro Mt.23:10
Varón de dolores Is.53:3
El Postrer Adán 1Co.15:45
Esperanza de gloria Col.1:27
León de le Tribu de Judá Ap.5:5
Deseado de todas las Naciones Hageo 2:7
Amén Ap.3:14
Admirable Is.9:6
Testigo Fiel Ap.1:5
Consejero Is.9:6
Fiel y Verdadero Ap.19:11
Dios Fuerte Is.9:6
Señor de todos Hch.10:36
Padre Eterno Is.9:6
Sumo Sacerdote He.7:26
Príncipe de Paz Is.9:6
Obispo de las almas 1P.2:25
La Pascua 1Co.5:7
Príncipe de los pastores 1P.5:4
Autor y Consumador de la fe He.12:2
REY de Reyes Ap.17:14, Ap.19:16 SEÑOR de Señores Ap.19:16
Estrella de la mañana Ap.22:16
Alfa & Omega Ap.1:8Primero & Ultimo Ap.1:17 Principio & Fin Ap.22:13

martes, 11 de mayo de 2010

1 tessalonissenses 5.23-24











1 Tessalonissenses 5.23-24  " O MESMO DEUS DA PAZ VOS SANTIFIQUE EM TUDO; E O VOSSO
ESPÍRITO, ALMA E CORPO SEJAM CONSERVADOS ÍNTEGROS E IRREPREENSÍVEIS NA
VINDA DE NOSSO SENHOR JESUS CRISTO. FIEL É O QUE VOS CHAMA, O QUAL
TAMBÉM O FARÁ."

lunes, 10 de mayo de 2010

Mateus 24





E este evangelho do Reino será pregado em 


todo o mundo, em testemunho a todas as 


gentes, e então virá o fim.