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sábado, 26 de marzo de 2011

SOLO UN MILAGRO PUEDE HACER DE LOS RICOS DISCIPULOS DE JESUS. (Mc. 10,17-27)


Se trata de un rico que cumple los mandamientos. Pero que a la llamada de Jesús no responde siguiéndole "pues tenía muchas posesiones".
Se trata, pues de seguir a Jesús, de ser simplemente cristiano.
Jesús no habla aquí de vocación religiosa, ni de un ideal de perfección. Es la condición para ser cristiano, seguidor de Jesús. Para todo cristiano. No se puede seguir a Jesús sino haciéndose prójimo de los necesitados, hermano solidario, compartiendo con ellos (Lc. 10,25-37).El dinero ciega y endurece el corazón. Y genera toda clase de excusas, justificaciones, defensas. Ante esta obstinación que el dinero produce en los ricos, Jesús les repite:
"¡Con qué dificultad van a entrar en el reino de Dios los que tienen el dinero!"
"Más fácil es que pase un camello por el ojo de una aguja que no que entre un rico en el reino de Dios".
Se trata de una aguja de coser. Y de un camello, el mayor animal conocido entonces en Palestina. Un camello nunca podrá pasar por el ojo de la aguja de coser.
Ante el asombro de los discípulos: "entonces "¿quién puede salvarse?",
Jesús responde:
"Humanamente, imposible, pero no para Dios, porque todo es posible para Dios":
¿Cuál es el milagro que incluso de los ricos puede hacer ciudadanos del Reino, discípulos de Jesús?
El milagro está en que Dios hace posible la renuncia a las riquezas, que al hombre le parece imposible. )Lc. 19,1-10; Mc. 2,14;1, 16-20; Mc. 12,41-44).