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miércoles, 31 de marzo de 2010

DEDIQUE TIEMPO A LOS DEMÁS


¿Qué quieres que te haga?
Marcos 10:51
Durante días y semanas, Jesús había estado camino a Jerusalén. Allí tenía una cita con el destino. En el horizonte ya aparecen las nubes tormentosas de la furia del juicio. Sabe lo que le espera. Porque es el Hijo de Dios, ve con perfecta claridad todo lo que está a punto de suceder: el complot, las treinta piezas de plata, el beso del traidor, el arresto en media noche, el juicio, las acusaciones falsas, el martirio y la corona de espinas. Sobre todo, ve claramente la cruz y sabe que en cuestión de días colgara de ella, suspendido entre el cielo y la tierra.
Es para esto que vino al mundo. Esto es lo que la Biblia quiere decir cuando de clara que ¨su hora¨ finalmente había llegado.
Ha llegado a Jericó, su última escala antes  de subir los montes para encontrarse con su destino en Jerusalén. El gentío era grande ese día la voz de  que Jesús de Nazaret pasaba por allí. Al ir saliendo de la ciudad entre todo el bullicio, un hombre ciego comenzó a clamar a Jesús.
Muchos lo regañaban, pero no podía hacerlo callar.
Cuando sonidos de su voz llego a oídos de Jesús, se detuvo y llamo al hombre, quien corrió a su encuentro. ¿Qué quieres que te haga?, le pregunto, la respuesta  fue sencilla ¨Que yo recobre la vista. ¨Vete, tu fe te ha salvado¨ dijo Jesús. Al instante el ciego recobro la vista, y seguía a Jesús  por el camino.
Solo cabe un comentario. No dudo que Jesús haya estado ocupado y preocupado, mirando a los escasos días finales en Jerusalén donde entraría como rey machorreado por la muchedumbre, para terminar cinco días después terminar crucificado por dos malhechores. Nadie lo habría juzgado si sencillamente no hubiera tenido tiempo para ocuparse del ciego en Jericó.
Pero se detuvo y se tomo el tiempo para curarlo. Reflexione un momento sobre este pensamiento. Todo en este ha sido un testimonio de que Jesús se destaca y es singular entre todas las figuras de la historia mundial. Nadie puede ser comparado con él. El es una categoría  de uno: el Hijo eterno de Dios.
Este pequeño relato de Jesús y el ciego resume todo lo que hemos tratado todo este tiempo de decir sobre liderazgo. Líderes son las personas que muestran el camino porque tienen un grande sentido de donde van. Avanza hacia el futuro con valentía, y desafean a otros para que lo sigan. Muchas veces se los malinterpreta y a veces son objeto de amarga oposición. Se mantienen centrados en las cosas que importan, pero nunca se olvidan de que las personas importan más que las cosas. Luchan tenazmente por lo que creen porque creen en una causa más grande que ellos. Esa causa los consume y se convierte en la razón por la cual todos los siguen.
Como este relato lo demuestra, el líder autentico dedica tiempo a los demás. Sea esta lección final de Jesús sobre liderazgo. En su camino a la cumbre, tenga los ojos abiertos para ver a la gente que Dios le pone delante. Casi todos los días encontrara a alguien que necesita la ayuda que solo usted le puede dar.